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VIVIENDA: Residentes de Pomona protestan condiciones del complejo habitacional Flamingo

Artículo original aquí escrito por Alejandro Cano en Unidos

septiembre 30, 2015 09:01 PM
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POMONA – Inquilinos de un complejo habitacional en la ciudad de Pomona están viviendo una odisea legal y lo que ellos califican como “un verdadero calvario”, luego de que el arrendador y nuevo propietario aumentara el costo de la renta en un 37 por ciento, se negara a hacer reparaciones y los amenazara con desalojar si se negaran a pagar.

El martes, 29 de septiembre por la tarde, arrendatarios del complejo habitacional Flamingo, ubicado en el 1191 al Este de la Calle Pasadena en Pomona, vocearon su desacuerdo al incremento de renta de 950 dólares a 1,300 dólares al mes, comenzando el 1 de octubre.

La orden provino de la nueva dueña Jing Tan, quien adquirió el complejo en agosto pasado. Según Gloria Gonzáles, quien ha vivido en el complejo por 15 años, Tan se ha negado a hacer reparaciones, los ha amenazado con desalojo y se ha negado a devolver el depósito de la renta para que busquen nueva vivienda.

“El aumento es demasiado, no nos alcanza el dinero. Además estos apartamentos están muy deteriorados, necesitan muchas reparaciones, necesitan fumigación, y a todo eso se ha negado la nueva dueña”, comentó Gonzáles. “Nosotros queremos irnos a otro lugar pero la nueva dueña se niega a darnos el depósito”.

 

En California el arrendador tiene el deber de notificar de un incremento de renta con anticipación. Por ejemplo, si el incremento es de menos de 10 por ciento, el arrendador debe notificar al inquilino con 30 días de anticipación. Si el incremento es mayor que el 10 por ciento, la notificación debe llegar 60 días antes de que entre en vigor.

En entrevista con La Prensa, Tan admitió que el complejo necesita reparaciones pero aseguró que el incremento de renta es justo ya que los apartamentos son suficientemente espaciosos, y que los inquilinos no pagaron el mes de septiembre por lo que el depósito se ha perdido.

“Un apartamento similar en la zona vale entre 1,500 y 1,700 dólares al mes. Ellos no pagan la renta a tiempo, no nviwlu-b88528621z.120150930210108000gs1cb654.10pagaron el mes de septiembre, no hay depósito. Ellos rompen cosas adrede, rompen las lavadoras, rompen todo. Ya he reparado varias cosas pero todo rompen”, comentó Tan, quien es dueña también de varias propiedades en el Sur de California.

Al ser cuestionada por La Prensa sobre si ella viviera en el complejo bajo las condiciones infrahumanas en que se encuentra, Tan respondió con un claro “no”.

Y es que la mayoría de las 12 unidades habitaciones del complejo necesitan de extensa reparación; la mayoría tiene infestación de cucarachas y otros insectos que podrían enfermar a los niños y personas de la tercera edad.

Basta con adentrarse al complejo para notar el fuerte olor a húmedo, y suciedad debido a la constante conglomeración de basura en una zona con poca ventilación y que hasta hace algunos días, según Federico Centeno, habitante del complejo, había creado gusanos.

“Todos esto estaba lleno de gusanos, comida podrida, fétida”, dijo Centeno apuntando a varios botes de basura de plástico. “La lavandería no funciona, nadie tiene llave…”.

En una de las escaleras el pasamano necesita ser atornillado; el pasillo del segundo piso está podrido en ciertas zonas.

La unidad A es de las más afectadas, dijo Benjamín Wood, activista de Pomona y miembro de la directiva del centro jornalero que está apoyando a los inquilinos con recursos legales.

“En ese apartamento se cuela el agua de arriba y cae hacia un contacto eléctrico. Las paredes están muy deterioradas y los pisos necesitan reparación. Estas no son condiciones dignas de vida”, añadió Wood.

Debra Martin, concejal de Pomona, dijo que la ciudad está dispuesta a ayudar a todo aquel inquilino que este experimentando una situación similar y que el código municipal debe ser más estricto para los arrendadores para evitar abusos similares.

“Este incremento de renta es absurdo, es ilógico, es un abuso. Por ese dinero mejor rentan en un complejo más nuevo y con más comodidades”, dijo Martin. “Este problema necesita atención de la ciudad, y del Condado para evitar que los dueños de propiedades abusen de los inquilinos”.

Según Wood, gracias al trabajo de la comunidad se ha logrado la instalación de detectores de humo instalados por el departamento de bomberos local. Wood añadió que los inquilinos están aprendiendo mucho sobre sus derechos legales con esta odisea.

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